Para ellos, El ARSAT.

“¿Quién dijo que las niñas no pueden soñar con el ARSAT?” - Crónica de un día de gira por locales de ropa infantil por Julieta Troncoso, Directora general en Bi Universe / Especialista en comunicación corporativa.

 

Es sábado por la mañana. La invasión de mosquitos y la Semana Santa se hacen un poco largas. Me propongo un plan: ir al shopping, tomar un cafecito por ahí, y comprar dos regalos que tengo que hacer para dos niñes.

Entro al primer local de ropa infantil que veo, uno de esos clásicos que están en todos los centros comerciales. Agarro un par de zapatillas, pago y enfilo para la salida con la intención de ir por mi café. Pero no. Cerca de la puerta me cruzo con un modesto perchero de pijamas divididos en dos categorías: “nenes” y “nenas”. Me doy cuenta de esto por las estampas y los colores -sí, yo también soy víctima de mi propio sesgo-.

De repente veo algo que me llama muchísimo la atención: las remeras “para nenes” dicen “CAMPEONES”, tienen pelotas de fútbol y las 3 estrellas del Mundial; las opciones “para nenas”, en cambio, tienen unas haditas con un diálogo bastante naif -dicen “volá”, por ejemplo- o un dibujo de una cebra con moños. Me indigno, saco fotos, lo subo a mis redes solo a modo de descarga y pienso quién tomaría esta elección tan arcaica en el 2024.


Recuerdo automáticamente una campaña que usamos mucho en las capacitaciones que damos desde Bi sobre comunicación con perspectiva de género para ejemplificar el tema de estereotipos. Se trata de “Campeones y princesas”, una pieza del 2013 de una marca de pañales.

Es solo uno de los tantos ejemplos que existen sobre la construcción de roles estereotipados desde las infancias, y cómo las comunicaciones crean y refuerzan estas representaciones.

Hace menos de un mes, preparando un nuevo curso junto al equipo de la agencia, debatimos si quitar este ejemplo porque lo consideramos un poco antiguo y nos parecía improbable encontrar algo así en la actualidad. Mala nuestra: los pijamas nos contradijeron rápidamente.

Sigo mi camino por el shopping, ya con el café encima y una dosis de optimismo que le agradezco a la cafeína. Entro al segundo local de ropa infantil, otro de los más reconocidos. Espero no toparme con la misma situación. Otra vez me equivoco. En el sector “de nenes”, las estampas son autos, camiones, satélites tipo ARSAT, el sistema solar. En el sector “de nenas”, cuesta muchísimo encontrar prendas que no sean de color rosa o lila. Las estampas son unicornios, hadas, ositos, flores, flores y más flores.

Y entonces, ¿qué hacemos?

Pará pará pará… ¿Vos me estás diciendo que la estampa que use alguien en su infancia va a influir en su personalidad y sus posibilidades en el futuro? Sí y no. En Bi Universe creamos las campañas para nuestros clientes partiendo de un precepto: TODO COMUNICA. 


Si entendemos que las publicidades que vimos, las novelas con las que crecimos, las canciones que escuchamos, y todo estímulo de comunicación que llegó a nuestra vida nos formó y nos mostró cómo podíamos ser, entonces tenemos que considerar que la indumentaria también forma parte de este universo. 
Si las marcas más masivas de ropa para infancias nos dicen que las nenas visten y gustan de las hadas buenas, los unicornios tiernos, y los tonos pastel, ¿qué lugar queda para una nena a la que le encantan los superhéroes y quiere una remera de Spiderman? ¿Cómo la harían sentir sus pares si la vieran vestida así? ¿Se la pondría si el 99% de sus amigues no lo hacen?

Podrán decirme que en el famoso perchero de los pijamas podría haber elegido el de “CAMPEONES” y regalárselo a una niña. Y, es verdad, las elecciones son personales. Pero hay una decisión detrás de la organización de cada perchero. Esa elección en la disposición de la ropa, que no es aleatoria, ya nos indica lo que “deberíamos” elegir para un nene o una nena, y esto es lo que quiero remarcar en esta columna.

Datos, no solo opinión

La marca estadounidense Gymboree en 2011 lanzó una línea de bodies de bebés que decían “inteligente como papá” y “linda como mamá”. El mismo año, J.C. Penny lanzó una línea de remeras para adolescentes con la leyenda “soy demasiado linda para hacer la tarea así que mi hermano la hace por mí”. Fuente: Lean In, Sheryl Sandberg, 2013.

 

De acuerdo con UNESCO, en el mundo, las mujeres representan solo el 35% de quienes cursan estudios de enseñanza superior en STEM —acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas)— y las mujeres representan menos del 30% en el rubro de la investigación científica. Fuente: unwomen.org.

 

En Argentina, mientras  la cantidad de estudiantes varones en Programación creció un 16% entre  2011 y 2019, hubo una caída del 5% de mujeres. Fuente: Unicef.


Por un momento me entra una luz de esperanza y recuerdo que hay marcas de personas emprendedoras que tienen muchísima variedad de colores y estampas sin importar el género o los mandatos. Como con casi todo, a veces hay que indagar y buscar un poco más allá.

En resumen: todo aquello que consumimos tiene el poder de construir una realidad más igualitaria y derribar estereotipos. ¿Quién dijo que las niñas no pueden soñar con el ARSAT? Desde acá, siempre vamos a estar trabajando para eso. 

 

 

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