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Hagamos Red: un podcast para transformar el silencio en escucha
FEBRERO 2025
Lucila Lopardo,
producción y estrategia creativa en Bi Universe.
El lunes estrenamos Hagamos Red: un podcast para transformar el silencio en escucha, la primera serie que lanzamos desde que me sumé a Bi Universe con este propósito: proponer, crear y producir contenidos originales.
Hagamos Red es un podcast que se lanza en el marco de la #PromesaAvon para erradicar la violencia de género, y que propusimos desde Bi convencidas de que es el formato más indicado para amplificar y alcanzar el objetivo de la promesa.
A lo largo de la serie, Ana Inés Alvarez, trabajadora social, lleva al frente el relato de personas que han atravesado situaciones de violencia de género y de aquellas que formaron parte de la red de alguien más.
Van a poder escuchar las historias de familiares -como en el episodio 1, en el que Sofía relata cómo fue acompañar a su hermana María durante años para que ella, sus hijos e hijas pudieran salir del círculo de la violencia-; de mujeres referentas en asistencia, esas que están del otro lado de las líneas de acompañamiento en organizaciones como La Casa del Encuentro, Razonar y Shalom Bait; y hasta nos animamos a hablar de cómo los varones pueden posicionarse ante esta problemática.
¿Cómo llegué al podcast?
Arranqué mi camino en la producción de podcasts a finales del 2018, cuando empecé a colaborar en Posta. Venía de trabajar en periodismo gráfico y de formarme en realización y creación de formatos, en la Universidad Complutense de Madrid y Radio y Televisión Española (RTVE). Quería potenciar lo que sabía para pensar en grande: crear marcas periodísticas desde las que se pudieran contar historias y fomentar conversaciones interesantes. Ese impulso me llevó a crear Quina, una productora que armé hace un año empujada por la necesidad de producir contenido editorial que cuente historias y potencie conversaciones.
Si estaba empoderada (y un poco envalentonada) era porque un par de años antes, mientras tipeaba un artículo de seis páginas para una revista de economía y negocios, después de horas de escuchar a mi editor haciendo comentarios de tipo (y cito textual) “esta noche van a tener que ver quién lava los platos”, mientras miraba la pantalla de la tele de la redacción, un grupo de periodistas mujeres, hartas de informar femicidios, había convocado una multitud en contra de la violencia de género, creando un movimiento único a nivel mundial. Qué coraje.
Mismas historias, nuevos formatos
Siete años, una pandemia, un boom de contenidos, y un volantazo social después, el podcast se posiciona como un formato contraintuitivo. ¿Quién va a querer escuchar una historia de media hora mientras que los algoritmos de las redes sociales nos obligan a captar la atención en 30 segundos? ¿Por qué una marca debería estar haciendo un podcast, si plataformas de escucha desfinanciaron producciones propias?
El mercado (y las audiencias) están respondiendo a estas preguntas. Mientras que algunas plataformas retrocedieron con sus estrategias de negocio, creadores independientes ven al podcast como un MVP (proyecto mínimo viable) para posicionarse entre las grandes ligas de los contenidos y otras -más consolidadas desde los números-, están llevando estos formatos al frente. Un artículo de Business Insider detalla que la mismísima Netflix se está preguntando cómo atraer a su plataforma a estos formatos y a sus creadores.
Y, ¿por qué quieren atraerlos?
Porque el podcast habilita la experiencia 1 a 1, porque invita a la intimidad y esto habilita la profundidad en las temáticas. Por ejemplo, en el caso del podcast sonoro, para una mujer que está atravesando una situación de violencia de género, escuchar en forma íntima y privada (sin pantallas que la delaten) a otras personas que pasaron y superaron la misma situación, puede hacer la diferencia.
Entonces, ¿qué valor puede generar una marca o una organización en este momento? El de llevar al frente las temáticas, investigaciones y conversaciones relevantes, esas que, muy a nuestro pesar, forman parte de nuestra vida cotidiana, de nuestra sociedad y que si una marca las amplifica, pueden, literalmente, cambiar la vida de las personas.
Podemos alcanzar ese propósito. Y Hagamos Red demuestra que siempre hay maneras de hacerlo.
Hoy, más que nunca, transformemos el silencio en escucha. Escuchalo acá
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